El rescate histórico del balneario capitalino ya ha comenzado mediante entrevistas planificadas que formarán parte de la primera parte de un trabajo encarado por el equipo docente de la Escuela N° 776 de Playa Unión.
Antiguos pobladores se han sentido reconfortados y emocionados recordando “viejos tiempos” y relatando las distintas actividades cotidianas de los inicios del balneario, marcados principalmente por la llegada del ferrocarril en 1923.
En los 90 años de Playa Unión que se recordarán el 17 de Noviembre habrá una celebración especial oportunidad ésta en la que se verá jerarquizada por otros componentes para destacar el especial aniversario mediante actos especiales, desfiles y presencia comunitaria.
Los primeros entrevistados fueron el Sr. Manuel “Pirincho” Calatayud y la Sra. Elisa “Neca” Trivelli quienes contaron recuerdos que los tuvo como protagonistas. Otros testimonios se han ido recolectando para sumarse también, mediante grabaciones de audio y video, y formar parte del trabajo final proyectado.
“De pinta” por la rambla
“La vida en Playa Unión era otra forma de vida. A la mañana se bañaba en el mar, a la tarde otra vez pero a las 7 u 8 de la noche uno se ponía de pinta, bien vestido”.
“Era una moda. Íbamos a pasear por la rambla, 500 metros para un lado y 200 metros para el lado del ferrocarril”, señala Calayud en la entrevista realizada.
Tamariscos
“Los primeros tamariscos los planté con mi viejo entre los años 1935 y 1936. Llevábamos damajuanas de 5 litros de agua para regarlos. A las 12 de la noche uno se acostaba”, agrega.
Milan y el agua
El aporte de Neca, por su parte, apuntó más a la llegada de los servicios básicos para las primeras familias asentadas en Playa Unión y a historias familiares de su niñez.
“El agua primero venía en un vagón del ferrocarril y la repartían. Pero después recuerdo al papá de Clarita Stojanovich, que todo el mundo lo conocía como Milán, quien traía el agua en un camión. Él hizo hacer el Tanque de Agua – hoy funciona la Estación de Fotobiología – aproximadamente en el año 1954 y allí descargaba el agua del camión”.
Con la “nona” en tren
“Nosotras esperábamos a mi Nona Trivelli quien venía de Córdoba, solo para que nos llevara en el tren hasta la Playa. Todos los de Rawson íbamos atrás porque subíamos últimos”, aporta Neca Trivelli.
“El tren venía de Dolavon, Gaiman y Trelew. Llegaba hasta donde hoy funciona la Comisaría y que era la Estación del Ferrocarril pero se acercaba todo lo que podía hasta la costa porque solían ser 24 o 25 vagones y los últimos bajaban muy atrás”.
“Nosotras la dejábamos a mi Nona en una casita de enfrente donde vivía la Flia. Diez y nos íbamos a la costa”, recuerda Neca.
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